„Escuchar a las hierbas...“
Todo comenzó mientras leía el periódico sentada cómodamente en el banco de un parque. De repente escuché un leve crujido. Traté de escuchar con más atención para determinar de dónde provenía el sonido exactamente. Cuanto más escuchaba, más fuerte se oía una especie de gemido. Hasta que empecé a entender alguna palabra, "...sed". De repenté podía oír con toda claredad una brizna de hierba que graznó, "...me muero de sed". La siguiente brizna de hierba me espetó: "...me muero de hambre".
„¡En vaya lío me he metido aquí!" pensé. "Intento escucharos con atención. Pero qué puedo hacer por vosotros?", les dije. Entonces los pastos comenzaron a gritarme con rábia: "¡Esto es una revolución, esto es un motín de pastos!" Probablemente te estés preguntando por qué los pastos me gritaban con tanta desazón justamente a mí. Evidentemente, yo también me lo pregunté. Entonces fué cuando finalmente me desperté completamente sudada de mi siesta en el parque.
Poco después de mi sueño, tuve una segunda experiencia clave cuando, durante un discurso, la ministra federal de investigación alemana, Annette Schavan, anunció enfáticamente: "Hemos de escuchar crecer la hierba [locución alemana que aquí significa: hemos de desarrollar nuestro sexto sentido], porque esto nos ayudará a preveer mejor el rumbo de la política de investigación". Por supuesto, inmediatamente me vino a la mente la rebelión de la hierba. Me preguntaba qué tendría que decir la hierba sobre la política de investigación actual. La Sra. Schavan había hablado simbólicamente cuando dijo 'escuchémos crecer la hierba'. Ella seguro que no quiso decir que la investigación debería hacer audible la fotosíntesis de una planta. Ciertamente no quiso decir que se debería investigar cómo dar voz a las hierbas. No. La brizna de hierba, el prado, la naturaleza entera no tienen derecho a una codeterminación en materia de política agraria. ¿Pero cómo sería si le diéramos voz a las hierbas, a los pastos, a las plantaciones, a toda la naturaleza? No podía dejar de pensar en esta pregunta. ¿Pero cómo podría darle a la naturaleza la voz que le corresponde, si ni siquiera yo como ciudadana europea puedo influir significativamente sobre debería investigarse para futuros más sostenibles. "Pero este día quizá venga pronto", pensé para mis adentros.
Esta decisión de dar voz al motín de la hierba me hizo sentir mucho más animada. ¡Ahora tenía una misión! Hasta que me asaltaron las primeras dudas: "no sé lo suficiente sobre... políticas agrarias, temas legales, etc.", "¿de dónde voy a sacar el tiempo?". Y "¿qué puedo decir ante las objeciones de los que me rodean, que dicen que es mucho mejor si los expertos deciden sobre nuestros recursos existenciales que un ciudadano bien intencionado..." En resumen, primero me dije: "Otras personas deberían encargarse de eso", "No depende de mí en absoluto". Pero luego me acordé de mi sobrina: ¿qué diría ella si incluso yo permitiera que más y más especies de animales y plantas "muerdan la hierba" [locución alemana que aquí significa: se extingan], o si también yo me esperara hasta que "la hierba crezca sobre el tema" [locución alemana que aquí significa: echar tierra sobre algo].
Durante este tiempo tuve una tercera experiencia en el jardín comunitario de Berlín en el Tempelhofer Feld. Observé a unos paisajistas-investigadores ayudar a jardineros aficionados urbanos a crear un arriate alto. Luego, los jardineros introdujeron a los investigadores en como cultivan sus suculentas lechugas. Más tarde los jardineros aficionados me hablaron de una posible colaboración con un grupo de investigadores en un proyecto para solventar el problema de los fuertes vientos en los culivos del Tempelhofer Feld. Finalmente los había encontrado: los ciudadanos-investigadores comprometidos en compartir al tiempo que ampliar sus conocimientos.
¿Qué quiero deciros con estas tres experiencias clave? ¿Con la experiencia clave de que es posible escuchar la voz de la naturaleza? ¿Con la experiencia clave de querer otorgarle un derecho a voto a la naturaleza? ¿Con la experiencia clave de que a pesar de todas mis dudas puedo hacer algo por la naturaleza? Ya no creo que es demasiado tarde. Ya no pienso tampoco que alguien debería hacerlo por mí.
¿Quizás también tú oyes crecer en tu vida una 'brizna de hierba'? ¿Quizás tengas alguna cuestión que te gustaría explorar y abordar en pie de igualdad con investigadores científicos? Tal vez ya llevas mucho tiempo exigiendo el derecho al voto de la naturaleza. Si este no fuera el caso, me gustaría animarte a cuidar de la naturaleza. Sobre todo, me gustaría animarte a seguir escuchando crecer la hierba, una y otra vez...
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